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Proteger nuestro planeta azul

día mundial del agua

El Día Mundial del Agua (22 de marzo) nos recuerda que el agua dulce es nuestro recurso natural más preciado. El WWF señala que 1.100 millones de personas en todo el mundo carecen de acceso al agua potable, 2.700 millones sufren escasez de agua durante al menos un mes al año y 2.400 millones están expuestos a enfermedades transmitidas por el agua debido a un saneamiento inadecuado. 

El abanico de amenazas a las aguas subterráneas y superficiales es abrumador: contaminación industrial, escorrentía agrícola, sedimentación, conversión de tierras, por nombrar algunas. Ahora, la seguridad del agua corre un riesgo aún mayor como consecuencia del cambio climático.

Uno de los cambios clave que se están produciendo y que puede estar relacionado con el calentamiento del planeta es el cambio en el sistema de circulación del aire tropical. Este patrón de circulación, representado aquí, atrae aire cálido y húmedo hacia arriba y hacia afuera del ecuador. A continuación, el aire se seca y desciende hacia el suelo en los bordes sur y norte de la circulación. A medida que las temperaturas globales han aumentado, este patrón de circulación se ha abultado a ambos lados del ecuador, trayendo condiciones mucho más secas a regiones muy pobladas y ricas en agricultura.

circulación global del aire
 

Otras alteraciones del sistema climático, desde el rápido calentamiento del Ártico y la pérdida de hielo marino ártico, hasta el deshielo de los glaciares que suministran agua a cientos de millones de personas, están afectando a la disponibilidad de agua dulce.

El cambio climático está produciendo condiciones de sequía prolongadas, que están inextricablemente vinculadas a los conflictos regionales desde Sudán hasta Siria. En los últimos años, las sequías también han provocado incendios forestales sin precedentes, como los que asolaron los estados del oeste de Estados Unidos, la provincia de Alberta en Canadá y Nueva Gales del Sur (Australia) en 2017. Según los informes, los bosques boreales del Ártico están ardiendo a un ritmo que no se había visto en 10.000 años.

dos mujeres recogiendo agua
 

Según las Naciones Unidas, el norte de África y el oeste de Asia experimentan graves niveles de estrés hídrico (por encima del 60%), y la probabilidad de escasez de agua en el futuro es bastante alta. Pero quizá en ningún lugar sea más evidente la amenaza de la inseguridad hídrica que en Ciudad del Cabo (Sudáfrica), donde la escasez de agua ha puesto de rodillas a esta ciudad de 3,75 millones de habitantes. Con los embalses por debajo del 23% de su capacidad, la ciudad ha reducido la presión del agua en sus tuberías, y los residentes están ahora confinados a 13 galones por persona al día, menos de 1/6 del consumo medio estadounidense de 88 galones al día.

La consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 de la ONU, Agua Limpia y Saneamiento ("garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos"), dependerá en gran medida de que seamos capaces de estabilizar y restablecer nuestro clima, una tarea ardua desde cualquier punto de vista. Ya he escrito aquí sobre la necesidad de tomar medidas decisivas en la próxima década para reducir el calor atmosférico, el motor del aumento de las temperaturas globales y un factor clave que afecta a nuestros recursos hídricos, y tendremos más que decir sobre este tema en los próximos meses.   

mujeres recogiendo agua
 

Mientras tanto, uno de los avances positivos en el frente del agua es la aparición de la Alianza para la Administración del Agua (AWS), el primer punto de referencia global para la administración responsable del agua. Esta norma va mucho más allá de la eficiencia en el consumo de agua para guiar a los principales usuarios y gestores del agua en sus esfuerzos por avanzar en la gobernanza responsable del agua, lograr un equilibrio hídrico sostenible, garantizar una buena calidad del agua y proporcionar lugares y valores saludables relacionados con el agua. Entre sus socios fundadores se encuentra un amplio abanico de partes interesadas, entre las que se encuentran las principales ONG medioambientales internacionales, asociaciones empresariales, institutos de investigación, minoristas y fabricantes líderes, y representantes de las Naciones Unidas. Como organismo de certificación de tercera parte (CB ) aprobado a nivel mundial según la norma AWS (y el único CB aprobado en Norteamérica), SCS está en condiciones de evaluar de forma independiente las medidas innovadoras que las empresas están adoptando para gestionar los recursos hídricos de forma responsable y minimizar su huella hídrica.   

En definitiva, el agua no es un problema irresoluble. Existe una gran riqueza de conocimientos sobre cómo superar los problemas de acceso y seguridad del agua, y un creciente compromiso internacional con esta valiosa causa. La cuestión candente ahora es si el cambio climático desbordará estos esfuerzos, o si podremos reunir la voluntad política y los recursos necesarios para reducir el exceso de calor que impulsa este cambio.  

Linda Brown
Autor

Linda Brown

Vicepresidente Senior
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