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Objetivos científicos para los contaminantes climáticos de vida corta

Autor: Tobias Schultz, Director de Sostenibilidad Corporativa.

Como ya comenté en mis dos entradas anteriores del blog, es evidente la necesidad de que las empresas se fijen objetivos de reducción de emisiones con base científica. Estos esfuerzos, medibles y verificables, pueden ayudar a situar al mundo en la senda de la consecución de los ambiciosos objetivos de reducción de carbono fijados por el acuerdo climático de París en 2015.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) identificó la reducción de los contaminantes climáticos de vida corta (CCVC) como un factor clave para el desarrollo de políticas de mitigación con base científica que sean coherentes con el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a 2 grados centígrados. Los SLCP, que incluyen el carbono negro, el ozono, el metano y los hidrofluorocarbonos, tienen una vida relativamente corta en la atmósfera. Esto significa que la reducción de estas emisiones puede proporcionar el beneficio inmediato de frenar el calentamiento global. Por esta razón, el PNUMA determinó que la reducción de los SLCP, junto con la mitigación del carbono, será necesaria para alcanzar el objetivo de los 2 grados.

El carbono negro y el ozono también afectan directamente a nuestra salud y bienestar, lo que significa que estas reducciones pueden tener un impacto dramático y positivo en la salud humana.

Cuáles son algunas de las principales fuentes de SLCP Los sectores agrícolas, como el cultivo de arroz y la cría de ganado, producen una cantidad importante de emisiones de metano, al igual que la extracción de petróleo y gas. La mayor parte de las emisiones de carbono negro se originan hoy en día en los países en vías de desarrollo, principalmente a partir de usos residenciales como las cocinas de carbón y madera, así como de los combustibles para el transporte y de diversas actividades industriales.

Contaminación del cielo
 

¿Qué significa esto para su empresa? En primer lugar, es importante entender cómo y qué puede contribuir su organización a los SLCP. Está claro que si usted es una empresa agrícola, el metano será un problema importante; por el contrario, si es un fabricante global con operaciones en la cadena de suministro en lugares como India y China, las emisiones de carbono negro serán un componente principal de su huella de carbono.

Sin embargo, entre estos retos hay oportunidades para el pensamiento innovador. Por ejemplo, si su empresa adquiere productos agrícolas (por ejemplo, arroz o productos lácteos) con una cantidad significativa de metano, esto presenta la oportunidad de explorar nuevos enfoques creativos para reducir este SLCP al mismo tiempo que se reducen los gastos de la empresa. Pensemos en el enfoque adoptado recientemente por varios productores lác teos de California que están construyendo digestores de biogás. Esta tecnología convertirá las emisiones de metano del biogás de las lecherías en energía renovable y verde, suficiente para abastecer a unos 4.800 hogares.

Si tiene un gran volumen de transporte u operaciones en China, puede reducir sus emisiones de carbono negro por unos pocos centavos, ya que las tecnologías para reducir esta emisión son baratas y están fácilmente disponibles allí. Esto también le ayudará a ganarse la simpatía de los gobiernos locales.

Por estas y otras razones, aconsejo a cualquier empresa comprometida con la reducción de su huella de carbono corporativa que aumente las reducciones de emisiones de GEI basadas en la ciencia con objetivos de reducción de SLCP. Esto proporciona el tipo de objetivo más creíble, y situará a su empresa en una posición de liderazgo entre un pequeño grupo de empresas que han tomado medidas medibles para reducir sus emisiones de SLCP. Además, puede recibir un reconocimiento oficial por sus esfuerzos tanto de la Coalición por el Clima y el Aire Limpio como de la coalición We Mean Business.

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