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El punto de inflexión climático está aquí, pero hay tiempo para actuar

Mapa de calor global que muestra el cambio climático

Autor: Stan Rhodes

Durante más de tres décadas, SCS ha trabajado para certificar de forma independiente los esfuerzos de las empresas y organizaciones que se esfuerzan por ser mejores administradores del medio ambiente y por marcar una diferencia positiva en la vida de los trabajadores y los consumidores. Gracias a nuestro trabajo, hemos tenido la suerte de estar en primera fila cuando el concepto de sostenibilidad se ha impuesto y se ha convertido en un paradigma empresarial y cultural dominante. Sin embargo, todos estos esfuerzos no servirán de nada si no nos hacemos cargo del cambio climático y de la necesidad urgente de actuar. 

La amenaza de un cambio climático irreversible se cierne desde hace años. Los científicos han modelado escenarios para predecir los impactos en los sistemas terrestres, mientras que los responsables políticos han debatido si, cuándo y cómo responder a estas predicciones. Sin embargo, el abrupto aumento de las temperaturas globales experimentado en los últimos tres años, y los impactos observados que lo acompañan, han aportado una gran claridad a esta cuestión. El peso de las pruebas demuestra que, con una temperatura media mundial aproximadamente 1,2 °C más alta que la del mundo preindustrial, hemos alcanzado el umbral del cambio climático irreversible, muy por debajo del objetivo superior de +2 °C de la COP 21 del Tratado de París, y muy por delante de los plazos previstos.

Aumento del 50% en el incremento de la temperatura global desde 2013

gráfico del aumento de la temperatura global
Figura 1. Temperatura media mundial por mes, de abril de 2015 a marzo de 2016, comparada con la referencia de 1881-1910. (Fuente: Climate Central)

Desde 1750 hasta 2013, la temperatura media mundial aumentó -al principio de forma gradual, luego a un ritmo creciente- hasta unos 0,8 °C por encima de la línea de base preindustrial. Desde 2013, sin embargo, el ritmo del cambio se ha acelerado drásticamente, y la temperatura media mundial se ha disparado un 50% hasta alcanzar los +1,2 °C, y ha aumentado temporalmente durante los primeros meses de 2016 un 80% hasta alcanzar los +1,5 °C. En otras palabras, la Tierra alcanzó una temperatura que no se esperaba hasta mediados de siglo.

"Irónicamente, abril de 2016 -el mes durante el cual se firmó formalmente el Acuerdo de París- fue el tercer mes consecutivo durante el cual las temperaturas globales alcanzaron +1,5°C, y el duodécimo mes consecutivo de temperaturas récord. "

Este salto sin precedentes de las temperaturas globales ya ha puesto en marcha importantes cambios estructurales irreversibles en los sistemas de soporte de la Tierra, como la destrucción de los arrecifes de coral del mundo, la desoxigenación del océano, los supertifones, las graves sequías e inundaciones, los enormes incendios forestales, los grandes impactos en las especies de flora y fauna silvestres, el derretimiento sin precedentes del hielo marino del Ártico y un alarmante aumento del deshielo terrestre en Groenlandia y la Antártida que acelerará la subida del nivel del mar.

Ahora es fundamental aplicar sin demora reducciones significativas del calor atmosférico para estabilizar la temperatura media mundial en este punto de inflexión de +1,2º o por debajo de él. Puede que pienses "eso no es posible". De hecho, los negociadores de la COP 21 se levantaron de la mesa sin un plan para mantener las temperaturas por debajo de +3,7°C o más para finales de siglo. Pero, a pesar de lo desesperada que se ha vuelto la situación, todavía tenemos la oportunidad de cambiar las tornas en esta carrera contra el reloj climático. 

Una hoja de ruta basada en la quinta evaluación del IPCC

Esta oportunidad se deriva del Quinto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). Ese informe -el consenso de miles de científicos del clima de todo el mundo- contiene un nuevo enfoque para evaluar nuestro futuro climático y examinar nuestras opciones de mitigación. Supone un importante cambio respecto a las limitaciones de la contabilidad climática actual y representa un verdadero avance.

Los nuevos protocolos del IPCC, integrados con la evaluación del impacto del ciclo de vida, nos permitirán considerar cada opción de proyecto de mitigación en igualdad de condiciones, tanto en términos de eficacia relativa en la reducción del "forzamiento radiativo" (el motor clave del aumento de la temperatura), como de posibles consecuencias negativas no deseadas para el medio ambiente y la salud humana. Espero compartir con ustedes más información sobre estos protocolos en una próxima publicación.

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